Puede
parecer increíble, pero así funciona el mundo del espionaje. La Agencia
Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos está pasando por un pésimo
momento al descubrirse su espionaje masivo en numerosos países. Los servicios
de inteligencia europeos sabían que al mismo tiempo que colaboraban con ellos
en muchas misiones, Estados Unidos estaba sediento de información política y
económica. Hacían lo que podían para evitar ese espionaje, pero convivían con
ello. Lo que ha pasado es que es un lío que los ciudadanos se enteren.
Por ello, el
CNI español ha salido en defensa de sus colegas de la NSA. Imagino en las
últimas semanas a Elena Sánchez, la delegada del servicio de inteligencia
español en Washington, aumentando sus reuniones con la NSA y la CIA para
ayudarles a conseguir una coartada que les facilitara una salida digna. Y la
encontraron.
Hace unos
días, el general Keith Alexander manifestó públicamente en Estados Unidos que
Snowden y los periodistas que le ayudan no sabían interpretar los datos que
estaban en su poder. Y puso como ejemplo el caso español. Según él, los 60
millones de metadatos correspondientes al pasado mes de diciembre no eran
interceptaciones realizadas por ellos en España, sino un trabajo del CNI en un
punto del globo de interés estratégico para nuestro país.
Había iniciado
una cortina de huno, que solo podía funcionar si España acreditaba esa versión.
No me cabe duda de que antes de lanzar ese órdago, habían llegado a un acuerdo
con Elena Sánchez para que en España les apoyara.
Félix Sanz
es el primer jefe del CNI que habla inglés y tiene a sus espaldas unas
estupendas relaciones con Estados Unidos. Sabe que ser su amigo facilita mucho
su trabajo y hacerles un favor nunca será gratis, especialmente cuando los
servicios secretos de los dos países trabajan tan intensamente juntos.
Por eso,
Félix Sanz ha dado la cara por ellos en la Comisión de Fondos Reservados del
Congreso. No directamente, simplemente ha apoyado la versión de Alexander de
que los metadatos los consiguieron los españoles.
Todo ello es
parte de esa cortina de huno lanzada desde Estados Unidos que incluye
informaciones diversas filtradas intencionadamente. En ellas se habla de que
Brasil espió a sus enemigos o que España ha conseguido llevar a cabo grandes
operaciones gracias a la ayuda de Estados Unidos.
Sin duda,
tenemos que agradecerles a la NSA y a la CIA su ayuda, que ha sido pagada
adecuadamente –no lo olvidemos- con ayuda procedente de España, especialmente
en temas de terrorismo islamista, o cuando nos hicimos los locos con los vuelos
de la CIA en los que transportaban a sospechosos de terrorismo.
Toda esa
colaboración no quita que Estados Unidos se dedique a espiarnos masivamente.
Que lo hacen. Y no solo en España.
ok, está claro...Gracias Fernando.
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