lunes, 11 de noviembre de 2013

El espionaje invisible de Alemania y España en Castilla-La Mancha

Angela Merkel se ha quejado del espionaje de Estados Unidos y Rajoy, aunque menos, también ha lanzado algunos dardos contra ellos. Alemania y España son dos buenos ejemplos de países que han utilizado potentes medios tecnológicos para conseguir información de sus enemigos.
Hace ya muchos años, en la época de Franco, instalaron de forma discreta en Castilla-La Mancha, cerca de Manzanares el Real, el Centro de Estudios de Propagación Radioeléctrica, nombre extraño que sirve como pantalla de un centro de escuchas que nació como un proyecto de espionaje hispano-alemán, pero que en los últimos años se ha volcado más del lado hispano.
El acceso en mitad del campo está limitado con grandes cercas, que alejan a los curiosos que pasan por allí en coche del centro de escuchas, instalado bajo tierra, aunque algunas de sus numerosas antenas pueden detectarse desde el aire.
Con una tecnología ultra moderna guardada en el más absoluto secreto, intercepta de forma sistemática miles y miles de conversaciones telefónicas y por radio, seleccionadas en base a números y personas concretas y a un largo listado de palabras clave que recogen los temas de interés para la seguridad de España.
Las prioridades de este oculto centro de escuchas son la persecución de cualquier atentado contra la seguridad nacional, procedente de traficantes de armas, seres humanos o drogas, y el control de las actividades de servicios secretos extranjeros en nuestro territorio. También otras misiones internacionales que desconocemos.

Una muestra de que España y Alemania, como el resto de países importantes del mundo, hacen todo lo que pueden y más en el tema del espionaje.

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