Hace 20 años que publiqué mi primer
libro sobre el servicio secreto, que fue también el primero que aparecía en
España sobre un tema hasta ese momento secreto y prohibido. Se llamaba “La Casa”
e iba subtitulado “El CESID: agentes, operaciones secretas y actividades de los
espías españoles”. La editorial Temas de Hoy lanzó al mercado 8 ediciones, el
libro fue el más vendido en toda España durante tres meses y aunque hace un par
de meses ha salido su edición digital, sus ejemplares en papel se pueden
encontrar puntualmente, en alguna ocasión a más de 70 euros (algo desorbitado,
la verdad).
Tantos años después, la realidad es
que el entonces CESID se convirtió en el año 2003 en CNI, pero los cambios no
han sido tantos como podrían parecer. Un amigo me decía ayer que los espías han
vuelto a trabajar en temas de extrema derecha, algo que era de vital
importancia en los años 80 y 90, pero que dejaron de hacer en la pasada década.
El tema de la lucha antiterrorista
siempre tuvo una importancia destacada, aunque ha habido un cambio de matices.
Antes era vital la lucha contra ETA y aparecía a mucha distancia el terrorismo
de origen árabe. Ahora son cientos los agentes dedicados en toda España a la
amenaza islamista y cada vez son menos los que están volcados en perseguir y
controlar a los etarras.
Poco o nada ha cambiado en la
División de Contrainteligencia, encargada de evitar que agentes enemigos espíen
en nuestro suelo. Los rusos siguen siendo tan activos, los de la CIA coquetean
y roban al mismo tiempo, los chinos cada vez tienen más presencia y los
marroquíes son tan arriesgados cuando tienen que controlar a los disidentes.
En Inteligencia Exterior es donde
más se nota en 20 años el crecimiento del servicio de inteligencia. En la
segunda mitad de los años 80, el entonces director, Emilio Alonso Manglano,
decidió emprender la apertura de delegaciones, pero en 1993, cuando apareció en
las librerías “La Casa”, apenas superaban en 20 el número de países con
delegados, que en 2013 se ha triplicado. Eso se nota, y mucho, en la calidad de
la información.
El funcionamiento sigue siendo el
mismo: el gobierno ordena sus prioridades y el servicio secreto las cumple,
intentando ambos que no se conozcan los métodos que utilizan. Porque ahí radica
la importancia del CESID-CNI: trabajan de una forma en que jamás lo podrían
hacer la Policía o la Guardia Civil, quienes casi siempre terminan explicando a
los jueces su forma de actuación. El CNI no se lo detalla a nadie. Corrijo, a
casi nadie. Porque el responsable político del gobiernosí que suele conocer las
operaciones ilegales. Más que nada para que no se lleve las manos a la cabeza
si a los espías les pillan in fraganti haciendo lo que no deben. (Continuará).
No hay comentarios :
Publicar un comentario